¿Los sueños se hacen realidad? Capítulo 22.

Debajo de la terraza,donde la piscina:

Había dejado a mi hermano Daniel hablando con Moisés, el drogadicto del pueblo.No me gustaba tropezarme con él.Siempre iba con unos cuantos piercing: en la oreja,en la nariz, en la ceja,... .Andaba cabizbajo aunque su mirada era desafiante y con ganas de peleas.

Cuando iba a regresar, me escondí para escuchar la conversación.Nunca me escondía para escuchar conversaciones de mi hermano, bueno para que mentir,a veces sí que lo hacía, es que me gustaba oir cuando se ponían cariñosos Annie y él.

-Vaya, te decidiste a regresar.Estabas perdido ¿Quieres?-le preguntó ofreciéndole tabaco.

-No, ya tomé suficiente mierda cuando me pasaba días enteros contigo.

-¡Guau! Nunca pensé que ibas a decir eso.Parece que te afectó que te metieran en un manicomio.

-No me metieron en un manicomio.Me ingresaron en un Centro de Desintoxicación. Gracias a ello no he arruinado mi vida, no como tú.

-Yo no he arruinado mi vida. Yo voy de fiesta en fiesta y estoy to' feliz-dijo alzando la voz.

-Vale, si tú lo dices será así-comentó mi hermano con un tono calmado,sin alterarse.Daniel conocía muy bien a Moisés.Así que no gritó porque sinoya sabía lo que pasaba: pelea.

-Mira me voy, paso de ti.-se hartó y se marchó.

Mi hermano se dirigió a la casa. Empezó a subir las escaleras para entrar en ella pero se detuvo al verme sentada en una esquina de las escaleras.

Se quedó de pie con las manos en los bolsillos, mirándome.

Si hubiera estado la novia, se hubiera derretido una vez más al verlo con esa camiseta de manga corta con la que se le marcaban los músculos de los brazos, del pecho y del abdomen.

-¿Eras drogadicto?

-Ven.

Me tendió la mano para ayudarme a levantarme y me guió hacia su habitación:

-A ver,¿por dónde empiezo?

-Por el principio-le sugerí.

-Cuando tenía 8 años me hize amigo de Moisés. Alan se había marchado y nadie se acercaba a mí.Hasta que un día Moisés se me acercó, me propuso ser su amigo y yo acepté sin saber las consecuencias que conllevaba.

Me ofreció cocaína y numerosas cosas más diciéndome que estaba muy bueno y que lo podía dejar cuando quisiera, lo típico.A partir de ahí, ya te imaginarás: dinero, conflictos con papá y mamá, salidas por las noches y no precisamente a divertirme en una fiesta,...

-Entonces los recuerdos que yo tengo de las peleas tuyas con mamá y papá son recuerdos de verdad y no sueños que tuve.O pesadillas-concluí con la voz un poco más baja de lo normal.

Daniel asintió y prosiguió:

-A los 9 años, papá y mamá me llevaron a un Centro de Desintoxicación. Fue duro e intenso. Después de estar recuperado y salir del centro me concentré en el estudio, quería ser alguien en la vida. Y , por último, cuando tenía 13 años casi 14 fue cuando me dieron la beca para seguir estudiando en Los Ángeles y así perfeccionar mi inglés.

Sonreí.

-Ahora, sin ninguna duda, eres mi ídolo.