¡¡Gracias por entrar!! Ya que estás aquí, ¿por qué no le echas un vistazo y me comentas qué te parece mi mundo?

lunes, 22 de octubre de 2012

¿Los sueños se hacen realidad? Capítulo 26.

Alguien llamaba a la puerta. Mi madre abrió.
En el marco de la puerta se hallaban tres policias:
-Buenas,¿está su hijo?
Mi madre,sorprendida de ver a esos policias que preguntaban por mi hermano dijo en un susurro:
-Sí.
-¿Puede llamarlo, por favor?
-Sí-contestó, aún estado en estado de shock.
Fue a buscarlo.
Cuando Daniel apareció,dos de los policias se abalanzaron sobre él para agarrarlo,mientras el tercero decía que estaba detenido.
-¿Qué?-exclamamos Annie y yo al unisono,que al enterarnos de quienes habían venido fuimos detrás de Daniel.
Si mi madre estaba en estado de shock, mi hermano la superaba.
¿Por qué demonios lo detenían? Él no había hecho nada para que lo arrestaran.
Mientras lo sacaban de la casa como si hubiera participado en un crimen, Annie y yo teníamos lágrimas en las mejillas.
Daniel se volvió, me miró y me hizo un gesto para que me acercara. Yo,sin dudarlo, me acerqué.
-Confía en mí- me susurró.
Lo metieron en el coche de patrulla.
<<Confia en mí>>. Esa frase me retumbaba en la cabeza.
Mi hermano me había dicho que me fiara de él y yo iba a hacerlo.
Annie y yo nos sentamos en las tumbonas que estaban al lado de la piscina.
Después de unas horas intentando asimilar lo que había sucedido y preguntándonos "¿por qué?", escuchamos a alguien soltando carcajadas. Era Moisés, que estaba de pie, en frente nuestra, tronchándose.
Me levanté, fui en busca de él y con toda mi cólera le dije:
-Cobarde, eres un cobarde y un idiota. Idiota por hacer lo que hayas hecho en contra de mi hermano y un verdadero cobarde por no reconocer que el drogadicto eres tú.
Moisés se puso serio.
-Hija de ...- sacó  de su bolsillo una navaja.
-Sí, hija de mi madre, ya lo sé.
Me cogió del cuello, me apretó con fuerza. La navaja estaba a centímetros de mi cara.
Me estaba quedando sin respiración.
De repente, vi a dos policias que lo sujetaban y se lo llevaban.
Me retorcí,tosiendo unas cuentas veces. Cuando pude respirar más o menos con normalidad, miré hacia atrás. Ahí estaba mi hermano, de pie, sonriente. Annie fue en busca de él. Éste la abrazó y le dio un beso.
Un policía se les acercó y parece que le pidió a Annie que le enseñara el moratón porque vi como se remangó el brazo izquierdo.
Luego mi hermano se me acercó:
-Mi pequeñaja- me abrazó- gracias por confiar en mí.
-Hicimos una promesa, no pienso romperla.
Al ver mamá, papá y Annie nos miraban con cara de "¿qué promesa?" o con cara de no entender nada, sonreímos.
-Mamá, ¿te acuerdas cuando fuimos en busca tuya echando sangre por la cabeza, porque nos habíamos dado con una piedra?-empezé a explicar
Mi madre asintió:
-Como olvidarlo.
-Ese mismo día prometimos confiar siempre el uno del otro.-terminó de explicar Daniel.
Annie sonrió.


2 comentarios:

  1. Vale, al principio de la historia la protagonista no recuerda que tiene un hermano y ahora recuerda que hicieron una promesa y todo, esto sí que es tronchante jajajajajaja... (L)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí que lo reconoce, lo que pasa que hacía 5 o 6 años que no se veían, y así de golpe no lo reconoció.

      Eliminar

Tu comentario me dibuja una sonrisa en el rostro =)
¡Muchas gracias por comentar! ♥